Vamos de procesiones, que la dicha es corta.

Desde mi cuarto se oyen los tambores de una procesión de Semana Santa. ¡Quiero escuchar tranquila mi música y no me dejan! ¡Virgen Santa...! (Y nunca mejor dicho: está pasando una Virgen por delante de la urbanización...)

Lo siento, respeto todas las posturas, pero desde mi punto de vista esto de meterse debajo de una figura para menearla por toda la ciudad no te hace ser mejor persona, ni hace que lo que has hecho mal se remedie ni calle tu conciencia, ni por ello te ganas "ir al cielo" (que digo yo que será sentirte en paz contigo mismo... supongo, vamos), aunque algunos lo crean.

¿A qué viene esto? Estoy volviendo a mi casa. Me cruzo con una procesión. Veo a un costalero fuera del palio. Se sube la cintura hasta el ombligo,se arremete el bajo de los pantalones hasta la rodilla, se sube los calcetines hasta la espinilla, se pone una manta en la cabeza tapándose hasta los ojos, levanta la cabeza y echa a andar como si de un jefe de estado se tratase... ¿absurdo?

No, es devoción. Aaah... (Yo creía que la devoción era otra cosa)

Devoción puede ser sentir admiración, arrepentirse de verdad de lo que sabes que has hecho mal, o incluso, vale, emocionarse cuando ves la figura que representa aquello en lo que crees. Yo no soy católica, ni cristiana, pero cualquiera sabe diferenciar la devoción, muy respetable, y la fanfarronería y los "capillitas".

Lo siento si ofendo a alguien, pero no le veo más vuelta de hoja.

Cada cual es libre de participar en su fe como buenamente quiera, pero vamos a dejar las hipocresías por favor. Seamos coherentes, y vamos a separar de una vez la devoción del afán de tener medallitas.

Siempre pensé que la devoción va por dentro, y lo sigo pensando, aunque algunos no estén de acuerdo.
Así pues, que sus pecados sean perdonados.


Sin más silencios que contar... Valquiria

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